La piel atópica, o dermatitis atópica, es una condición de la piel que afecta a millones de personas en todo el mundo, y suele agravarse con el cambio de estaciones, especialmente durante el invierno. Durante los meses fríos, el cuidado de la piel atópica requiere especial atención, ya que el frío, el viento y la baja humedad pueden empeorar los síntomas de esta afección.
Hoy profundizamos en qué es la dermatitis atópica, por qué empeora durante el invierno y, lo más importante, cómo cuidar tu piel atópica en esta temporada. Además, te proporcionaremos algunos consejos útiles para que puedas mantener tu piel sensible hidratada, suave y protegida frente a los factores externos que pueden desencadenar brotes.
¿Qué es la dermatitis atópica?
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se caracteriza por sequedad, picazón intensa, enrojecimiento y, en casos graves, heridas o costras. Es una forma de atopía, un término que engloba varias condiciones alérgicas como el asma y la rinitis alérgica. Las personas con piel atópica tienen una barrera cutánea debilitada, lo que significa que su piel es más propensa a perder humedad y a ser vulnerable frente a irritantes y alérgenos.
La piel atópica es muy sensible y puede reaccionar a diversos factores ambientales, emocionales y físicos, lo que provoca que los síntomas se agraven. Aunque la dermatitis atópica puede afectar a personas de cualquier edad, es más común en niños, aunque muchos adultos también la padecen.
¿Por qué empeora la dermatitis atópica en invierno?
El invierno es una época especialmente desafiante para quienes tienen piel sensible o dermatitis atópica. Las condiciones climáticas frías y secas, combinadas con otros factores del entorno, pueden hacer que la piel pierda aún más hidratación de lo habitual, provocando un aumento en la sequedad, la picazón y los brotes de eccema. Los factores principales son:
- Baja humedad en el aire: durante el invierno, la humedad en el aire es significativamente más baja, lo que provoca una mayor pérdida de agua a través de la piel. Cuando el aire es seco, la piel no puede mantener su nivel óptimo de hidratación, lo que provoca que se vuelva más seca y propensa a agrietarse. Esto agrava los síntomas de la dermatitis atópica, ya que la barrera cutánea ya está comprometida en las personas con atopía.
- Uso de calefacción: el uso de calefacción en interiores, como estufas y radiadores, también reduce la humedad ambiental, creando un entorno seco que puede ser muy dañino para la piel. Este aire seco intensifica la deshidratación de la piel, empeorando los síntomas de la dermatitis atópica.
- Cambio brusco de temperaturas: al pasar de ambientes exteriores fríos a interiores cálidos con calefacción somete a la piel a cambios bruscos de temperatura. Este contraste puede alterar la función de la barrera cutánea y provocar inflamación, aumentando así los brotes de dermatitis.
- Ropa de abrigo: la lana y ciertos tejidos sintéticos, que son comunes en la ropa de invierno, pueden irritar la piel atópica. Estos materiales no permiten que la piel respire adecuadamente, lo que aumenta la fricción y puede generar más picazón y enrojecimiento en personas con piel sensible.
- Baños calientes: Es habitual que en invierno aumentemos la temperatura del agua de los baños o duchas para contrarrestar el frío. Sin embargo, el agua muy caliente puede eliminar los aceites naturales de la piel, lo que agrava la sequedad y provoca más picazón e irritación en personas con piel atópica.
¿Cuáles son las causas de la dermatitis atópica?
Si bien la causa exacta de la dermatitis atópica aún no se comprende completamente, se sabe que es una condición multifactorial que involucra una combinación de predisposición genética y factores ambientales. A continuación, te detallamos algunos de los factores principales que pueden desencadenar o agravar la dermatitis atópica:
- Genética: la atopía tiene un componente hereditario, lo que significa que si uno o ambos padres tienen dermatitis atópica, asma o rinitis alérgica, es más probable que los hijos también la padezcan. Las mutaciones en ciertos genes que afectan la función de la barrera cutánea también juegan un papel en el desarrollo de la dermatitis atópica.
- Disfunción de la barrera cutánea: la piel de las personas con dermatitis atópica tiene una barrera cutánea debilitada. Esto significa que no puede retener adecuadamente la humedad y es más susceptible a la entrada de irritantes, alérgenos y microbios. Esta debilidad en la barrera facilita la aparición de infecciones y reacciones inflamatorias.
- Factores ambientales: el frío, el calor, la contaminación y los cambios en la humedad ambiental pueden agravar los síntomas de la dermatitis atópica. En particular, el aire seco del invierno y el uso de productos químicos agresivos pueden desestabilizar la piel sensible, desencadenando brotes.
- Sistema inmunológico hiperactivo: las personas con atopía tienen un sistema inmunológico que responde de manera exagerada a irritantes y alérgenos. Esta respuesta exagerada puede manifestarse como inflamación en la piel, lo que agrava los síntomas de la dermatitis atópica.
- Estrés emocional: el estrés es otro factor que puede empeorar los brotes de dermatitis atópica. Las emociones intensas pueden desencadenar una respuesta inflamatoria en la piel, lo que provoca un círculo vicioso de picazón, irritación y estrés.
¿Cómo cuido la piel en invierno?
Ahora que entendemos mejor por qué la dermatitis atópica empeora en invierno, es hora de centrarnos en las soluciones. Cuidar la piel atópica durante los meses fríos requiere un enfoque cuidadoso y constante para mantener la hidratación, evitar irritantes y proteger la piel de factores desencadenantes. Aquí te dejamos algunos consejos clave para cuidar la piel sensible en invierno.
- Hidratación diaria: el paso más importante en el cuidado de la piel atópica es la hidratación constante. Todos los pacientes atópicos deben tener muy claro que los emolientes son el principal tratamiento para controlar la enfermedad. Por eso, es imprescindible usarlos de forma correcta y diariamente. Usa cremas o bálsamos humectantes específicamente formulados para pieles atópicas que ayuden a restaurar la barrera cutánea, como por ejemplo este duplo más económico de Dexeryl Crema Emoliente 2 X 500 Ml, esta loción emoliente reparadora Leti At-4 Leche Corporal o A-Derma Exomega Control Leche Emoliente 400 Ml que alivia la picazón, calma el picor y nutre. Es recomendable aplicar la crema inmediatamente después del baño o ducha, mientras la piel aún está ligeramente húmeda, para sellar la humedad. Busca productos sin fragancias ni alcoholes, que pueden irritar la piel sensible.
- Evita duchas largas y calientes: aunque es tentador tomar baños largos y calientes en invierno, esto puede dañar la piel atópica. El agua muy caliente elimina los aceites naturales de la piel, dejándola más seca. Opta por duchas cortas con agua tibia y usa un limpiador suave o aceite de baño en lugar de jabones fuertes. Como limpiador suave, te recomendamos que pruebes A-Derma Exomega Control Gel Espumoso Emoliente, adecuado para su uso desde el nacimiento, limpia con suavidad, alivia en el 96% de los casos y protege la piel seca. Y como aceite de baño, el A-Derma Exomega Aceite De Ducha Emoliente Anti-Irritación, limpia con suavidad, nutre y alivia las pieles secas del bebé, niño y adulto con tendencia atópica. Sin jabón.
- Utiliza un humidificador: mantener la humedad del aire en tu hogar puede hacer una gran diferencia en el estado de tu piel. Un humidificador es una excelente herramienta para contrarrestar el aire seco provocado por la calefacción, ayudando a que tu piel retenga más humedad. El difusor-humidificador en frío Pranarom Joy Difusor puede ser una buena opción, la bruma aromática que difunde es perfecta para personalizar el ambiente olfativo de los espacios en los que se desarrolla nuestra vida y purificar el aire, crear una atmósfera relajante o un efecto estimulante. El Humidificador Ultrasónico Th-001wg de Prim, optimiza el nivel de humedad en cualquier espacio de la casa mejorando la calidad del aire.
- Usa ropa de algodón o tejidos suaves: evita la ropa de lana o tejidos ásperos que pueden irritar la piel sensible. Opta por prendas de algodón o materiales suaves y transpirables que no causen fricción en la piel. Si necesitas usar ropa de abrigo de lana, asegúrate de que no esté en contacto directo con tu piel; puedes usar una capa de algodón debajo.
- Protege la piel del frío: cuando salgas al aire libre, protege tu piel del viento y las bajas temperaturas cubriendo las zonas más expuestas, como las manos, el rostro y el cuello. Usa bufandas, guantes y gorros de materiales suaves que no irriten la piel.
- Evita productos irritantes: los productos de cuidado personal y de limpieza del hogar que contienen perfumes, alcohol o colorantes pueden agravar la dermatitis atópica. Asegúrate de usar productos específicamente diseñados para pieles sensibles o atópicas y evita aquellos que puedan contener ingredientes agresivos.
- Trata los brotes de forma rápida: Si notas que los síntomas de la dermatitis atópica comienzan a empeorar, actúa rápidamente. Aplicar cremas antiinflamatorias o emolientes puede prevenir que el brote se agrave, como Leti At-4 Crema Intensiva o A-Derma Exomega Control Crema Emoliente que calma las irritaciones y el picor, además su rica textura se absorbe rápidamente y permite un alivio inmediato. En casos más severos, consulta a tu dermatólogo para obtener tratamientos más específicos, como corticosteroides o inhibidores de la calcineurina.
- Mantén una dieta equilibrada: la salud de la piel también está influenciada por la alimentación. Mantén una dieta rica en antioxidantes, ácidos grasos omega-3 y vitaminas que ayuden a mejorar la salud de la piel. También es fundamental mantenerse hidratado bebiendo suficiente agua durante todo el día.
- Evita rascarte: aunque la picazón es uno de los síntomas más molestos de la dermatitis atópica, rascarse puede empeorar la situación, causando heridas y abriendo la puerta a infecciones. Si sientes picazón intensa, trata de calmarla aplicando compresas frías o usando una crema antipruriginosa recomendada por tu médico.