Aprende a cuidar tu piel atópica en invierno.

Cuando el grajo vuela bajo… ¿Sabes cómo termina el refrán verdad? Las personas con dermatitis atópica temen el invierno igual que los muñecos de nieve temen el calor. Los síntomas de la dermatitis se exageran, los brotes se acentúan y se multiplican y afectan a la calidad de vida. ¿Por qué afecta tanto el frío? ¿Se pueden prevenir estos síntomas? ¿Cómo puedo tratar la dermatitis en invierno? Te resuelvo todas estas dudas en el blog de hoy.

¿Qué es la dermatitis atópica?

La dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel que cursa con brotes de eccemas, picor, descamación, enrojecimiento… es muy común en los niños pequeños y se presenta con sarpullidos en las mejillas, eritemas por la piel que pueden evolucionar a costras. En los niños más mayores, estos síntomas aparecen en las zonas de la piel más secas, además de, en los pliegues, rodillas, cuello, muñecas, codos… evolucionan en forma de placas y presentan una sequedad cutánea general. En los adultos se presenta además en las manos y párpados.

La dermatitis atópica puede empeorar en invierno, ¿Por qué?

En general las temperaturas extremas perjudican a la piel, por eso las personas que sufren de dermatitis presentan complicaciones tanto en verano como en invierno. En esta enfermedad de la piel se detecta una alteración de la función barrera, dando lugar a una deshidratación, aumento de sensibilidad, aumento del picor y tendencia a la infección.

El invierno se caracteriza por un descenso de temperaturas, viento y aire seco. La humedad disminuye y nosotros tendemos a llevar capas y capas de ropa, acercarnos al radiador y al aire caliente y utilizar ropa más gruesa y de lana que puede dañar más la piel. ¿Quién no quiere estar al lado de la chimenea? es comprensible.

La piel responde de mala manera, disminuye la producción de grasa y proteínas, y este desequilibrio agrava la alteración de la barrera.

¿Cuáles son las causas de la dermatitis atópica?

Conocer las causas nos ayuda a aconsejar un mejor tratamiento. No hay una sola causa, sino varias:

  • Existe una alteración de la función barrera, hay una disminución de los ácidos grasos esenciales y pérdida de agua, lo que conlleva a una vulnerabilidad mayor, la piel se irrita y se inflama.
  • Predisposición genética, la dermatitis se puede heredar, puedes sufrir una alteración de genes que afecta al sistema inmunológico.
  • Desequilibrio inmunológico. Las respuestas de la piel son exageradas por una alteración del sistema inmune.
  • Alteración de la flora cutánea. La microbiota que constituye la piel está alterada y presenta una mayor proporción de bacterias S. aureus responsables de la aparición de los brotes.
  • Factores desencadenantes como el estrés, algunas infecciones, agentes químicos, temperaturas extremas, sequedad ambiental…

¿Cómo cuido la piel en invierno?

Atención porque la clave está en controlar la piel cuando no está en brote. Y es el error más típico que se comete.

  • Elimina o excluye los factores desencadenantes todo lo que puedas, continua con una dieta equilibrada, mantén una buena humedad en tu casa, evita las temperaturas extremas y agentes contaminantes.
  • Usa productos específicos para pieles delicadas, sensibles o atópicas, sin jabón para evitar irritaciones. Evita las duchas largas y los baños, y controla siempre la temperatura.
  • Seca la piel a toques sin arrastrar o frotar.
  • Aplica activos hidratantes después de la ducha para fortalecer la piel, hidratarla y nutrirla. Esto aliviará el picor y la sequedad.
  • Protege la piel con un protector solar específico para piel atópica.
  • Evita abrigarte en exceso, utiliza prendas hechas con fibra natural como el algodón. La lana y las fibras sintéticas pueden irritar más la piel. Es muy típico sobre abrigar a los niños, siendo incluso contraproducente, el sudor que generan empeora los síntomas.
  • Cubre tu piel con guantes, y gorro para salir de casa y realizar actividades al aire libre.
  • Las manos suelen ser zonas perjudicadas, asegúrate de tener siempre una crema con activos hidratantes y nutritivos.

La constancia de aplicar todos los días estas medidas es la clave. Así espaciarás los brotes y los síntomas no serán tan exagerados. Cada persona es única y es necesario conocer la piel para poder entenderla y tratarla lo mejor posible. Prepárate para el frío y cuida tu piel.

¿Has notado como se seca más la piel en invierno?

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